Una verdad básica de las enseñanzas de Shambhala es que todos nosotros queremos llevar unas vidas sensatas, dignas y seguras, y que eso es posible. Si miramos directamente a nuestra propia experiencia, podemos descubrir la continuidad de un estado despierto que subyace ante las condiciones cambiantes. Llamamos bondad fundamental a esta presencia despierta y plena.
Las enseñanzas de Shambhala reconocen que la verdad de la sabiduría humana innata y la bondad fundamental no pertenecen a ninguna religión ni doctrina.
El budismo Shambhala se inspira en la antigua leyenda del reino de Shambhala, del que se cuenta que fue una sociedad que obtuvo su sentido amable e intrépido de responsabilidad social gracias a la práctica de la meditación.
La leyenda del reino de Shambhala ha sido una visión conductora durante muchos siglos en la cultura asiática y tiene paralelo en las tradiciones occidentales.
Shambhala representa el ideal de la iluminación laica, una visión de que todos los aspectos de la civilización (la familia, el comercio, la educación, la ciencia, las artes, la religión) se pueden empapar de una sensación natural de mundo sagrado.