Entender la “Proclamación de la bondad”

Foto de Susanne Long Keniley

 

Esta simple súplica de cuatro líneas compuesta por Sákyong Mipham Rimpoché tiene muchísimo contenido. Uno de sus significados está al nivel de los pensamientos y asociaciones ordinarias. Luego hay otro nivel que las palabras no pueden expresar directamente sino que sólo lo pueden señalar. Si miramos debajo de la superficie de este significado velado, se abren otras dimensiones.

Al igual que ocurre con muchos cantos, si lo leemos a un nivel superficial, la letra nos puede parecer misteriosa o incluso irritante. Si uno no tiene fe en el autor, podría rechazar la experiencia del canto en su totalidad. A veces los que llegan nuevos, caen en esta trampa. Sin embargo, si hay un poco de fe y un poquito de paciencia, uno podría sentirse estimulado para averiguar su significado velado. Al hacerlo, uno inicia el proceso virtuoso de la contemplación.

El primer verso dice: Que la bondad fundamental despunte. De forma ordinaria, la bondad es un concepto, y los conceptos por lo general funcionan comparando y distinguiendo una cosa de la otra. Por ejemplo, podríamos decir que la bondad sucede cuando comemos algo sabroso. Decimos “Oh, ¡qué bueno estaba esto!” con el significado implícito que comparado con otro tipo de comida, no era neutral ni malo. De manera que esta primera línea podría estar diciendo algo así como “Qué mi vida esté llena de placeres y cosas bonitas”.

Aquí, la palabra “fundamental” inserta un elemento misterioso e indica un significado velado. En este nivel las palabras señalan, pero no pueden describir plenamente lo que se está señalando. El autor, Sákyong Mipham Rimpoché, confía que en algún momento de nuestras vidas hemos tenido experiencias reales de lo que se está señalando. Debido a esto, puede dirigirnos hacia estas experiencias. Quizá no las entendamos plenamente, o no seamos capaces de ponerlas en palabras, pero la palabra fundamental abre el proceso de indagación.

En este contexto, “fundamental” indica algo que es primordial: una experiencia que no está contaminada por un segundo pensamiento o interpretación – sólo experiencia viva en sí. Habitualmente esto ocurre en el momento del ahora. Pensamientos sobre si es bueno o malo, agradable o desagradable, no han surgido aún. Es el estado previo al pensamiento: lo que los budistas describen como talidad. Se podría usar también la palabra “puro”.

Si esto es “fundamental”, entonces “bueno”, ¿qué es? En general, cuando estamos en contacto directo con el mundo, la sensación es de frescura y espaciosidad. No estamos pensando en algo, lo estamos experimentando ahora mismo. Quizá nos sintamos abiertos e incluso expuestos, pero a lo mejor también estamos sintiendo algo tierno hacia aquello con lo que estamos contactando. Puede ser una pequeña gota de agua sobre una hoja, reflejando la luz del sol como si fuera una esmeralda. O podría ser un soplo de aire con olor a basura que nos para la mente con su penetrante fetidez. Si no nos sumergimos automáticamente en el rechazo, podríamos saborear el momento. Quizá sintamos incluso una especie de armonía, una sensación de nuestro lugar en la vastedad del universo que tiene un sitio para todas las cosas, incluso para la basura. A pesar de nuestros pensamientos habituales, el momento podría sentirse intenso, pleno y completo en sí mismo, pero vacío de pensamiento sobre ello. Quizá nos sintamos solos, porque no íbamos a describírselo a otros – esto sería hablar sobre ello, no experimentarlo.

Que la confianza de la bondad sea eterna. Al igual que “bondad”, “confianza” es otro de aquellos conceptos que habitualmente reflejan evaluación y comparación. De manera ordinaria, leerías esta línea pensando en la confianza como en algo que tienes porque tus circunstancias son un soporte increíble. Quizá poseas sumas importantes de dinero, amigos poderosos o quizá solo piensas que la suerte está de tu lado.

Así que, ¿cuál es el significado velado aquí? Daos cuenta de la manera de expresión “confianza de la bondad”. Podría haber sido “confianza en la bondad”, pero no ha sido así. De forma que aquí las palabras señalan más allá de ellas mismas hacia la confianza que existe por sí sola en el estado de la bondad fundamental. Este tipo de confianza no depende de la evaluación de los recursos de uno o de sus relativas fortalezas. Está completa en sí misma. No se apoya en nada que podría ser eliminado.

Así que, ¿cuál es este estado de bondad fundamental que posee confianza intrínseca? Estamos hablando aquí sobre el estado despierto fundamental. Normalmente pensamos del darnos cuenta en términos de algo de lo que nos estamos dando cuenta, no del estado de darnos cuenta en sí. El canto dice que simplemente siendo, estando despiertos y dándonos cuenta, eso es fundamental y bueno en sí mismo.

Quizá os hayáis encontrado con gente en el lecho de su muerte que experimenta un estado de gracia al final de sus vidas. Logran esto al dejar de apegarse. Su gracia es incondicional porque suceda lo que suceda, están dispuestos a ser. Al igual que esas personas que se están muriendo, nuestra capacidad de darnos cuenta es nuestro amigo constante, porque no importa lo que suceda, tenemos ese estado bueno y despierto del darnos cuenta. Así que esta es la confianza de la bondad fundamental. Es lo opuesto de la confianza en algún tipo de bondad que es externa a nuestro estado de ser.

La palabra “eterno” es un elemento discordante en esta línea. Cómo puede la confianza ser eterna si todo es impermanente? Si miramos de cerca a la experiencia real de la bondad fundamental, ocurre siempre en el ahora. Cuando uno está en el ahora, el pasado es memoria – solo un tipo de pensamiento que emerge. El futuro no ha ocurrido todavía, así que solo es imaginación. Si no hay pasado ni futuro, el tiempo no existe. Así que la confianza puede ser eterna, más allá del tiempo, porque siempre es ahora. Está siempre allí, cuando quiera que la busques en el ahora.

Que la bondad sea todovictoriosa: Convencionalmente podemos pensar que lo bueno triunfa sobre lo malo, pero esto contiene un elemento de agresividad. El significado secreto aquí es que la bondad es la base incluso de lo que interpretamos como malo. Está primordialmente presente, así que la necesidad de la bondad de ser victoriosa no es cuestionable. Es victoriosa por su propia naturaleza.

Que esa bondad traiga gloria profunda y brillante. De nuevo, tenemos que reconocer dos niveles. Conceptualmente algunas de estas palabras tienen para nosotros asociaciones complejas. “Gloria” podría describir la adulación por otros a consecuencia de una victoria en deporte. Gloria también se asocia comúnmente con alabar a dios.

El significado secreto tiene que ver con la naturaleza de la realidad. La mente tiene dos aspectos: el primero es la cualidad despierta y vacía que facilita la sensación de espacio en que todas las experiencias pueden ocurrir. Esto se siente como una espaciosidad. Luego está la cualidad luminosa, conocedora, expresiva y brillante. Esta es la que forma los pensamientos y las imágenes del mundo en el espacio de nuestra mente. A veces a esta capacidad se le llama la naturaleza de “luz clara”. En la experiencia del ahora, se nos da sino una indicación de esta naturaleza. Nuestras percepciones se vuelven frescas, vívidas y poderosas y quizá incluso gloriosas.

© Russell Rodgers. Publicado originalmente en http://shambhalatimes.org/2014/06/11/understanding-the-proclamation-of-goodness/

© Traducción por el Comité Nalanda España, con autorización del autor.